Haya de Jordania, la princesa maltratada
La hermana del rey Abdalá II gana la primera batalla contra su marido, pero lucha aun por la custodia de sus hijos
No es guapo ni mucho menos azul. Se llama Mohamed Bint Rashid al Matkum y es el emir de Dubái, un príncipe juzgado por maltrato a su mujer, la princesa Haya de Jordania hermana del actual monarca, el rey Abdalá II, casado con la mediática Rania de Jordania. Fue en julio pasado cuando, aterrorizada, huyó de Dubái con sus dos hijos y se refugió en Reino Unido, país que conoce bien al haber cursado toda su formación superior y universitaria. La princesa huyó al temer por su vida y la de sus hijos. Tras duros meses de huida (ha estado oculta más de 3 meses en Alemania) y de batalla legal, un alto tribunal británico ha probado las acusaciones de la princesa en contra de su marido y no son otras que las de secuestro, tortura e intimidación a las mujeres de la familia.
Haya de Jordania y su abogada Fiona Shackleton / Gtres
El juez Andrew McFarlane concluye en su escrito que cierra la fase de instrucción de la causa (fact finding hearing) que el jeque Mohamed la repudió sin informarla, comenzó a intimidarla y aprueba, además, el miedo de Haya al creer que su vida corría peligro, según informa el diario ‘El País’. En las conclusiones del magistrado se detallan graves episodios de presión psicológica y terror como el que la princesa encontrara sobre su almohada una pistola con el seguro quitado, al menos en dos ocasiones; o el que un helicóptero aterrizara en el jardín de su casa y le amenazaran con llevarla a una prisión en medio del desierto, además de varios anónimos que recibió y que le avisaban de que se llevarían a su hijo o frases como ‘tu hija es nuestra’ o ‘tu vida está acabada’. El emir ha intentado que las conclusiones no vieran la luz.
El emir de Dubái y Haya de Jordania en un acto en 2018 / Gtres
Fiona Shackleton, la aguerrida abogada que llevó el divorcio del príncipe Carlos de Inglaterra y Lady Di, defiende a la princesa y tras ganar la primera batalla en la que el juez da por probadas las acusaciones de Haya, queda aún la custodia legal de los dos hijos del matrimonio, Jalila y Zayed, de 12 y 7 años. El tribunal deberá pronunciarse a este respecto. El emir pide la devolución de sus dos hijos a Dubái, mientras que la princesa Haya, que tiene inmunidad diplomática al haber sido nombrada por su hermano el rey Abdalá como primera secretaria de la embajada de Jordania ante el Reino Unido, después de que este país le negara el asilo, solicita que los tutele el tribunal y que se firme una orden que impida que en el futuro sean forzados a contraer matrimonio.
Terror psicológico
La princesa Haya decidió huir de tal horror el pasado verano, conociendo, además, los antecedentes familiares de su esposo, con temor por el futuro de su hija Jalila, especialmente. El escrito del juez recoge que el matrimonio se distanció a partir de 2017 cuando la esposa inició una relación con uno de sus guardaespaldas británicos. Sin embargo, el detonante fue el hecho de que Haya se interesara por la situación de Latifa y Shamsa, dos hijas de sendos matrimonios anteriores de su marido que intentaron huir en 2018 y 2001 respectivamente. El juez concluye que fueron secuestradas por su padre, el emir Mohamed Bint Rashid al Matkum.
Haya Bint Husein, de 45 años, es realmente la sexta mujer del jeque enjuiciado, de 70 años y con 23 hijos, con quien se casó en 2004. Dicen que fue la mutua afición a los caballos lo que les unió, además de que a ella le cautivara la inteligencia de Matkum y a él la idea de que la joven Haya, formada en el Reino Unido, le otorgara una imagen más moderna para la nueva Arabia que pretendía entonces exportar al resto del mundo. Se conocieron en España, dos años antes de su boda, en los World Equestrian Games de Jerez de la Frontera. Educada en Oxford y amazona profesional, la princesa Haya participó en los Juegos Olímpicos de Sídney en el año 2000 y ha representado a su país en competiciones internacionales, además de formar parte del comité Olímpico Internacional. Muchos no entienden que a pesar de su educación occidental terminara por aceptar ser la sexta esposa de un emir que lidera un país en el que todavía la mujer se ve sometida a la dirección, decisión y poder de los hombres.
Haya de Jordania durante una entrevista en Dubái / Gtres
En algún momento de sus vidas, su supuesta historia de amor se quebró y él actuó, según ella misma ha relatado ante el tribunal londinense que lleva el caso, como lo hacen los hombres en ese emirato aparentemente menos arcaico y actual, atractivo para el turismo y con mansiones de millonarios, reclamo de grandes proyectos inmobiliarios: con amenazas y malos tratos. En Dubái, uno de los siete países que conforman los Emiratos Árabes Unidos, las mujeres no pueden trabajar, salvo permiso expreso de sus maridos; se les prohíbe negarse a mantener relaciones conyugales a no ser que tengan una razón legalmente admisible, y en caso de divorcio se ven obligadas a entregar, por ley, la custodia de sus hijos a sus exmaridos. Los hombres, y los de la Familia Real no son excepción, condicionan totalmente la vida de las mujeres. Haya de Jordania ya está lejos y a salvo, pero sigue luchando por la libertad de sus hijos.